CÓMO TRATAR CON
PERSONAS DIFÍCILES
Guía
Práctica Basada en las Investigaciones de Ursula Marka
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LAS CRÍTICAS
Las críticas hechas delante
de los demás nunca están justificadas. Tanto si estamos hablando del
director de la oficina, del profesor de la clase o del marido o esposa
regañones, si una persona tiene que hacer una crítica a otra, es mejor
hacerla en privado, donde sólo se encuentren las personas implicadas.
Desde luego, hay veces en que las críticas están justificadas, pero
siempre hay formas asertivas (en vez de agresivas) de expresarlas. La
crítica asertiva siempre implica explicar cómo se ve la situación,
comentar por qué existe un problema, cómo se siente uno al respecto y
decir lo que se cree que debería hacerse.
Si le critican delante de
otras personas, a continuación tiene dos tipos de respuesta que pueden
ser eficaces:
1. Puesto
que si planta cara inmediatamente y dice «Creo que hemos de hablar
esto en privado» no hará más que agravar la situación, la primera
vez es
2. La
segunda opción ha de tener lugar en el momento apropiado, lo antes
posible después de la cría, pero no mientras todavía note que la otra
persona está de mal humor. Cuando crea que el momento s oportuno,
diríjase a la persona que le ha criticado y dígale que desea hablar
con ella en privado. Si le di que está ocupada, pregúntele cuándo
tendrá un momento para hablar. Cuando llegue ese momento .a de
explicarle que aunque la crítica estuviera justificada, le duele y le
resulta humillante que le critiquen en público y que preferiría que en
el futuro lo hiciera en privado.
Para que una crítica justa
sea eficaz, nunca se ha e mezclar con las opiniones personales
respecto a la personalidad del objeto de la crítica. Por ejemplo, si
un supervisor dice: «Has cometido tres errores en este informe,
¡eres estúpido!», sólo la primera parte es una crítica justa.
«¡Eres estúpido!» es un juicio sobre el carácter de la otra
persona que no viene al caso, resulta agresivo y al que no tiene por
qué responder. Es importante no reaccionar a estos comentarios
personales, ya que normalmente lo único que se consigue es que te
pongan una etiqueta que luego resulta muy difícil cambiar. Por
ejemplo: «Henry siempre llega tarde», «Jane es tan calladita. . .»
o «No se lo des a Fina, es tan torpe que seguro que se le cae».
LOS
ATAQUES DE RABIA
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