CÓMO TRATAR CON
PERSONAS DIFÍCILES
Guía
Práctica Basada en las Investigaciones de Ursula Marka
Volver
al Indice de este Curso
JANET
Algunas personas están tan
absortas en lo que hacen que ni siquiera se dan cuenta de los
sentimientos u opiniones de los demás. No tienen por qué ser
negativas deliberadamente, pero pueden irritar mucho a los demás.
Un ejemplo típico es el de
la persona que siempre tiene el volumen de la televisión demasiado
alto y que es demasiado inconsciente como para darse cuenta de que
está molestando. Si le pide que baje el volumen, probablemente lo hará
enseguida, pero la siguiente vez que encienda la televisión se
olvidará de nuevo y hará lo mismo.
Janet es de este tipo de
personas. Le encanta hablar y cotillear, es de esas personas que
hablan rápido sin variar mucho su tono de voz. Sigue hablando aún
cuando la persona que escucha está haciendo todo lo posible por dar
término a la conversación.
A lo mejor estás intentado
escribir una carta, leer un libro o tan sólo ponerte la chaqueta y
Janet no deja de hablar. Esto no sólo es exasperante, sino que es
inútil, porque los demás se impacientan de tal manera que acaban
«desconectando», y lo que ella quiere transmitir no llega al receptor.
En la oficina, Janet es aún
más desesperante. Se dirige a sus compañeros y, sin detenerse a
considerar si están ocupados o no, les suelta su último monólogo hasta
que, tal como dice uno de sus compañeros, «te dan ganas de gritar o
de estrangularla».
Puesto que este tipo de
personas no actúan con mala intención, sino que simplemente están tan
preocupadas por lo que quieren en cada momento que no se percatan de
los sentimientos de quienes están a su alrededor, los demás no se
atreven a ser groseros o desagradables con ellas. Todos en la
oficina hablaban de Janet y se preguntaban qué podían hacer al
respecto, pero nadie hacía nada, hasta que al final Tony decidió
intentar algo.
Lo primero que hizo fue
invitarla a tomar un café en su despacho, diciéndole que tenía que
hablarle de un tema importante.
Con esto pretendía dos
cosas:
1) despertar su curiosidad
y
2) asegurarse de que cuan
do se encontraran, ella esperaría a que él hablara.
Cuando les sirvieron el
café, él empezó por expresar sentimiento de ambivalencia respecto a la
situación:
«Me ha resultado muy
difícil decidirme a tener esta conversación, Janet, aunque creo que
puede ser positiva. Me preocupa un poco cómo vas a reaccionar».
Este inicio cumplió dos
funciones: en primer lugar ayudó a aliviar un poco el estrés que
sentía Tony por la situación y, en segundo lugar, predisponía a Janet
a reaccionar bien ante cualquier cosa que dijera.
Tony le explicó lo difícil
que le resultaba a la gen te trabajar mientras ella estaba hablando;
aunque les cayera bien como persona, conseguía que se molestaran.
También quedó bien con ella al decirle que estaba seguro de que lo
único que intentaba era ser amable con los demás, pero que no se daba
cuenta de lo que hacía.
Janet se quedó muy
sorprendida.
«¿De verdad?
-respondió-. Nunca pensé que podía causar esa impresión.»
No obstante, como por más
que una persona quiera cambiar nadie puede abandonar sus costumbres de
la noche a la mañana, Tony se ofreció a ayudarla. Le propuso que si
ella sin darse cuenta volvía a caer en los viejos hábitos, él le haría
una señal como recordatorio. Janet aceptó con gusto su oferta y, a
pesar de los lapsos esporádicos, hizo todo lo que pudo para no hablar
tanto.
CÓMO TRATAR A UNA
JANET
. Dígale que tiene que
decirle algo y concierte una cita.
. Provoque una actitud
comprensiva por su par te diciéndole que le preocupa su reacción.
. Dígale claramente por qué
saca de quicio a los demás, pero asegúrese de comunicarle que no cree
que ella sea consciente de su conducta o de los problemas que
ocasiona.
. Ofrézcase a ayudarla
hasta que haya superado ese hábito.
ARNOLD
|