DELEGAR
Delegar
supone hallar a la persona más capacita para realizar una parte específica
de su trabajo, darle instrucciones necesarias y ¡dejarla hacer! A muchas
personas les cuesta delegar alguna tarea en particular, quizá porque
piensan que nadie más podrá hacerla tan bien como ellas. Recuerde el
viejo refrán que dice «El cementerio está lleno de personas
indispensables», y aunque a nadie le guste pensar que este mundo seguirá
funcionando sin el, así será. Una familia sentirá pesar por la pérdida
de uno de los padres, pero aun así los hijos crecerán. La posición de
una multinacional en el mercado de valores puede ver se afectada durante
un tiempo, si el presidente de la compañía muere repentinamente en su
propio des pacho, pero en términos generales su futuro a largo plazo no
se verá seriamente perjudicado.
Si
usted cree que no puede delegar ninguna de sus tareas, pregúntese si se
ha rodeado de las personas adecuadas. Por supuesto, a veces eso está
fuera de su control, pero, especialmente en el mundo empresarial, si ha
llegado a ocupar un puesto de dirección lo normal es que se tenga cierta
potestad por lo que se refiere a la selección o promoción del personal
que ha de trabajar con usted y al que tendrá que supervisar.
Nadie
puede negar que exista un cierto riesgo cuando se le encarga una tarea a
otra persona, pero eso es algo para lo que ha de estar preparado. El
riesgo se puede minimizar a través de una cuidadosa planificación, con
la elección de la persona más apropiada y proporcionando unas
instrucciones lo suficiente mente precisas, así como la preparación que
sea necesaria. Ha de tener presente que si la persona a quien encomienda
la tarea es la primera vez que la hace, no es probable que la complete con
la misma rapidez o eficacia que usted; por lo tanto, deberá concederle un
poco más de tiempo.
Si
la tarea es complicada, puede que le resulte más fácil explicar el
concepto en general al inicio de la misma y luego ir dando instrucciones
concretas en pequeñas dosis de modo que usted pueda revisar su trabajo y
comprobar su competencia a medida que lo va realizando. Esto también
aumentará la comunicación entre ustedes y la otra persona tendrá la
oportunidad de hacerle preguntas aclaratorias, lo cual disminuirá la
probabilidad de error.
Cuando
pide a alguien que haga algo nuevo es normal que necesite cierta preparación
previa; la organización o provisión de la misma corre a cargo del
supervisor. Como jefe de un grupo, la responsabilidad es suya y si las
cosas van mal será usted quien hará de responder. Recuerde que hay
ciertos trabajos que a usted le pueden parecer sencillos (especial mente
si los ha venido realizando durante mucho tiempo), pero para otra persona
serán nuevos y por consiguiente le resultarán difíciles.
Una
vez haya comprobado que la otra persona es capaz de hacer el trabajo
(aunque, en el fondo de su corazón, nunca llegue a creer que lo hace tan
bien como usted), podrá concentrar sus esfuerzos en lasta reas que las
otras personas no pueden realizar. Eso es lo que supone estar en una
posición de mando.
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