CÓMO TRATAR CON
PERSONAS DIFÍCILES
Guía
Práctica Basada en las Investigaciones de Ursula Marka
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DECIR NO
Hay pocas personas que sean
capaces de decir que no cuando un conocido les pide algo. A veces es
porque tienen miedo de parecer egoístas o maleducadas, especialmente
si no pueden hallar una buena razón para negarse. No obstante,
aprender a decir no puede ser esencial para su bienestar, Cargar con
demasiadas cosas puede provocar un estrés excesivo, lo cual, como
todos sabemos, acarrea sus propios problemas.
Si usted es de esas
personas que tienen problemas para decir que no, seguro que en su
trabajo se encontrará la mesa llena de cosas para hacer. En el
ámbito social, la persona que no sabe decir no a alguien que sea muy
persistente se puede enfrentar a problemas aún mayores.
Ayudar a los demás y estar
dispuesto a hacer un favor es muy distinto a sentir que se están
aprovechando de ti. Algunas personas tienen miedo de dejar de agradar
a la otra persona si se niegan a hacer lo que les pide. (Aunque, si la
única razón por la que usted les cae bien es porque es un esclavo
voluntario so, ¿desea realmente su admiración?) A otras les puede
preocupar la reacción que pueda tener la otra persona si se niegan:
¿tendrán que hacer frente a su agresividad? Esto es menos frecuente de
lo que imagina, pero si se produce ya habrá aprendido algo sobre cómo
manejar la situación, y todavía aprenderá más.
No saber decir que no
-sea cual sea la razón-, puede traer problemas a corto o a largo plazo.
Está bien recordar el viejo refrán que dice: «Si quieres que se
haga algo, pídeselo a una persona ocupada», pero todo el mundo
tiene sus límites. No cabe duda de que un firme pero respetuoso «no»
de buen principio (concediendo tiempo de ese modo para que se pueda
solicitar el favor en otra parte) es mejor que aceptar y luego no
poder cumplir la promesa. No va le la pena hacer un mal trabajo por no
haber tenido tiempo para dedicarle toda su atención. Esto no
beneficiará a su reputación ni agradará a quien desea complacer.
Lisa es la competente y
eficiente asistente personal del director ejecutivo de una pequeña
agencia de importación. Puesto que es tan capaz y diligente, su jefe
siempre amontona el trabajo sobre su mesa diciéndole, como cabe
esperar: «Esto es urgente». Da do que no le dice qué trabajo
tiene prioridad, no hay modo de que Lisa pueda saber cuál es realmente
el más importante. Está sobrecargada y ya no da más de sí; sin
embargo, todavía es incapaz de decir que no a su jefe. ¿Por qué?
. No quiere dar la impresión de no ser eficiente o de que no desea
hacer lo que se le pide.
. Teme que su jefe se enfade si le dice que n puede hacerlo todo.
. Tiene miedo d que la bajen de categoría o, lo que es peor, teme
perder su empleo.
. Al igual que la mayoría de las personas, Lisa quiere agradar y que
la aprecien.
Vamos a considerar cada uno
de estos factores.
Lisa ha estado trabajando
para la misma empresa durante años. Su jefe ha tenido mucho tiempo
para observar y apreciar sus habilidades. Siempre ha trabajado de
firme y nunca ha dado motivos para que nadie pensara que no estaba
dispuesta a poner todo su empeño. Teniendo en cuenta todo esto, no es
probable que su jefe piense que no tiene ganas de trabajar o que no
está capacitada para realizar su labor.
A nadie le gusta tener que
enfrentarse a la agresividad o la ira, especialmente si se trata de
alguien con quien ha de trabajar a diario. No obstante, siempre que
Lisa responda asertivamente a las exigencias excesivas de su director,
podrá controlar la situación en el supuesto poco probable de que éste
se pusiera furioso con ella.
Lisa ya ha demostrado
sobradamente que hace todo lo que puede y que es una buena secretaria
y, si hay tanto trabajo, lo que está claro es que su jefe no va a
echarla a la calle o bajarla de categoría. Eso su pondría buscar a
otra persona y enseñarle para que pudiera hacer lo mismo, posiblemente
no con tanta eficacia.
Todos queremos agradar y
ganarnos el aprecio de los demás, pero es mucho más probable que Lisa
lo
consiga si es sincera y directa con su jefe, que si sigue esforzándose
sin decir nada hasta que un día se desmaye de agotamiento. Si
defiende sus principios y le hace ver la situación, ganará su respeto
y puede que consiga concienciarle de la magnitud de sus exigencias.
También existe la posibilidad de que, al no haber hecho nunca el
trabajo de Lisa, no pueda apreciar cuánto tiempo y esfuerzo supone.
¿Cuál es el posible
resultado de que Lisa se retraiga y no diga nada? El trabajo seguirá
apilándose sobre su mesa. Puesto que no sabe qué es lo más urgente, es
posible que algunas cosas no estén hechas a tiempo, lo cual puede
acarrear que su jefe se enfade con ella.
Si no descansa de la
agobiante situación en la que se encuentra, puede llegar a enfermar.
Esto significa ría ausentarse del trabajo durante un tiempo obligan do
a su jefe a buscar una sustituta, temporal o fija.
Aunque no llegue a enfermar
físicamente, la preocupación y la ansiedad que experimenta por la
situación pueden destruir su calidad de vida.
Supongamos que Lisa aprende
a ser asertiva y se niega aceptar otro trabajo «urgente». Quizás él se
dé cuenta de que sus expectativas respecto a ella no son realistas y
de que la está presionando demasiado.
Él respetará su
sinceridad y es más probable que en el futuro la trate con más
consideración. No obstante, lo más importante es que el respeto
que Lisa siente hacia sí misma aumentará. Actualmente, no se tiene en
muy alta estima porque, por una parte, no puede abarcar todo el
trabajo que le dan y, por otro no tiene el valor para remediar la
situación.
Su jefe, al darse cuenta de
las circunstancias, podrá ayudarla temporalmente indicándole qué es lo
que tiene prioridad, o bien permanentemente poniéndole un ayudante.
¿Cómo puede negarse Lisa de
forma asertiva, exponiendo su problema de modo que todos salgan
ganando? Ha de explicar su caso demostrando que tiene más trabajo
sobre su mesa del que puede hacer y pedirle a su jefe que le indique
la urgencia de cada uno de los trabajos. Tiene que dejar claro que
no puede añadir más cosas al montón, a menos que lo último que llegue
sea realmente más urgente que todo lo demás, en cuyo caso se dedicará
primero a ello, y el resto de las cosas descenderán un escalón en la
escala de prioridades. Ha de conservar la calma, hablar sin cambiar el
tono de voz y mantener el contacto visual en todo momento.
Hay muchas formas de
decir no, pero la única forma de hacerlo y de conservar el respeto
hacia uno mismo es siendo asertivo. Muchas personas acaban dando
excusas -que por lo general son mentiras- para evitar algo que no
desean hacer: «Por supuesto, gustaría llevarte al aeropuerto, pero
hoy tengo que a una reunión importante». Esto puede ayudar a salir
del paso, pero hace que uno se sienta mezquino y cobarde.
Contrariamente a lo que
sucede en el trabajo, a veces hay situaciones en la vida privada en
las que tenemos miedo de perder un amigo si decimos no.
Mary le pregunta a Sue si
puede llevarla a ver a su madre, que vive bastante lejos. Sue,
encantada de hacerle un favor a su amiga, asiente. La siguiente vez
que Mary quiere visitar a su madre, da por hecho que Sue la va a
llevar. Sue, que la primera vez le hizo el favor encantada, no quiere
que esto se convierta en un hábito. No obstante, aprecia a Mary y no
le gustaría perder su amistad. ¿Qué ha de hacer?
Si Sue no dice nada y sigue
haciendo de chofer de Mary cada vez que ésta visite a su madre, pronto
albergará resentimiento y es muy probable que vaya en aumento en cada
viaje que haga. Al final, es posible que acabe plantando cara a su
amiga y se niegue a hacer más viajes. Debido al resentimiento que
habrá acumulado, puede llegar a acusar a Mary de egoísta y poco
considerada, o de aprovecharse de su amistad. Si Mary ni siquiera se
había dado cuenta de que a Sue le molestaba llevarla a casa de su
madre, le sorprenderá este arranque de mal genio y se enfadará por la
agresiva actitud de su amiga.
Si Sue decide decir no,
después del primer viaje, puede que se sienta un poco nerviosa al
pensar en lo que tiene que decirle a Mary, pero, como no ha dado pie
al resentimiento, probablemente abordará la situación con calma y con
una actitud positiva, ayudando a su amiga a buscar otra solución a su
problema. Con toda certeza, se sentirá mejor consigo misma una vez se
haya reafirmado y aclarado su postura.
Mary quizá se quede un
tanto desconcertada ante la negativa de Sue, pero también es posible
que empiece a darse cuenta de que quizá estaba pidiendo demasiado. Lo
más probable es que en el futuro sea más considerada.
También cabe la posibilidad
de que Mary se enfade, se ponga agresiva o de que haga chantaje
emocional a su amiga retirándole su amistad. En tal caso, Sue habrá de
cuestionarse si Mary alguna vez fue realmente su amiga o si tan sólo
la estaba utilizando. Si la relación es auténtica, siendo asertiva y
amable Sue pronto podrá reparar cualquier fricción temporal.
Recuerde que como
persona asertiva siempre tiene derecho a decir no y debería poder
hacerlo sin sentirse culpable. Puede elegir dar una explicación, pero
no es lo mismo que dar una excusa. Si algún conocido le pide
dinero, pero usted prefiere no prestárselo y le dice «Me encantaría
pero yo también voy muy justo», estará mintiendo y será muy
consciente de ello. No sólo se sentirá mal, sino que puede que cada
vez que entre en una tienda mire furtivamente hacia atrás o esconda
las compras, por si le está viendo la persona a quien le ha negado el
dinero y se da cuenta de que le ha mentido.
No obstante, si su
respuesta a la pregunta es «Tengo por norma no prestar nunca
dinero», se está negando que es lo que usted desea), está siendo
muy en y la otra persona no sentirá que está pasando de ella o que
recibe un trato injusto.
GUÍA
PASO A PASO PARA DECIR NO
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