CÓMO TRATAR CON
PERSONAS DIFÍCILES
Guía
Práctica Basada en las Investigaciones de Ursula Marka
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DAR Y RECIBIR CUMPLIDOS
Un cumplido sincero, dicho
con satisfacción, puede proporcionar tanto placer al receptor que real
mente es una lástima que a la mayoría de las personas le cueste tanto
hacer algo tan sencillo. Adquiera la costumbre de hacer cumplidos, no
los reserve para ocasiones especiales.
Tanto si felicita a un compañero por el buen trabajo que ha hecho como
si le dice a su hija que le encanta el dibujo que ha traído de la es
cuela, estará fomentando felicidad y sentido de realización en la vida
de la otra persona. La energía positiva que se desprende del sentido
de realización puede impulsar a una persona a llevar a cabo cosas aún
más importantes en el futuro.
Volviendo de nuevo a la
primera sección y al modo en que la educación y las circunstancias
imbuyen en muchas personas el sentimiento de que son unas fracasadas,
al ayudar a los demás a considerarse importantes puede propiciar la
ruptura de un molde negativo que ha impedido el progreso de esa
persona durante años. Y todo por un cumplido sincero.
Por supuesto, es
importante que los cumplidos sean sinceros.
El receptor pronto se dará cuenta si el halago es falso y dudará de su
sinceridad (y por con siguiente perderá la confianza en usted), o
pensará que va con segundas intenciones.
Si va a hacer cumplidos a
otras personas también ha de aprender a aceptarlos. Muchas personas
tienden a menospreciarse, a sentirse «indignas». ¿Cuántas veces ha
oído a alguien responder a un cumplido con un comentario
desvalorizador?
«Hoy te
queda muy bien el pelo.»
«Oh,
no, me queda fatal.»
Lo único que hace falta es
un sencillo «gracias» y una sonrisa; así, tanto el que dice el
cumplido como el que lo recibe estarán satisfechos.
Pueden ser cambios en su
aspecto, conducta, rutina, metas o ideas. Las circunstancias, las
opiniones ajenas y a veces los medios de comunicación han contribuido
a nuestras ideas preconcebidas respecto a quienes nos rodean.
Que un joven vista con cuero y botas de militar no significa que sea
un posible delincuente, del mismo modo que una viejecita de cabellos
plateados no tiene por qué ser dulce y agradable; no obstante, la
costumbre de encasillar a las personas puede llevarnos a juzgar a la
gente según su aspecto físico.
Si pretende convertirse en
una persona asertiva, debe ponerse la meta de cambiar algunos aspectos
de su carácter o de su vida.
Puede cambiar su forma de vestir, ir a la escuela nocturna o cambiar
su conducta en determinadas situaciones. Empiece ahora y elija algún
aspecto de su vida que desee cambiar. Refuerce su compromiso
escribiendo los detalles del cambio que está proyectando:
. ¿Qué
cambio intento hacer?
. ¿Con
qué problemas me voy a encontrar?
. ¿Cuáles
serán los beneficios?
. ¿Cuándo
voy a empezar?
LA COMUNICACIÓN
La persona asertiva es
buena comunicadora, (que reconoce la importancia de la opinión ajena,
sabe escuchar. Esto implica comprender no sólo lo que se dice, sino
también la comunicación no verbal (lenguaje corporal).
Tiene la capacidad de iniciar y mantener una conversación con calma y
diciendo lo que verdaderamente siente.
Dado que la comunicación es
tan primordial, es importante darse cuenta de que las «conversaciones
insignificantes» también tienen su importancia. No hemos de estar
siempre hablando de temas trascendentales.
Las charlas triviales sobre el tiempo, las vacaciones o los niños son
una forma de crear un vínculo con los demás. Las personas que no se
pueden comunicar a este nivel sólo pueden «hablar a» en lugar de
«hablar con». Puesto que a nadie le gusta que siempre le estén
sermoneando, es fácil que se genere resentimiento en el receptor.
LA NEGOCIACIÓN
La capacidad de negociar es
una de las características esenciales de la persona asertiva. Si el
mundo fuera perfecto y todos fuéramos asertivos, la negociación y el
compromiso serían mucho más frecuentes.
A fin de poder negociar en
cualquier situación, es importante comprender a la otra persona. Al
fin y al cabo tiene tanto derecho a tener su opinión como usted. Si
tiene alguna indicación clara de sus sentimientos, demuéstrele que es
consciente de ellos. Puede decir algo como: «Ya veo que eso te
preocupa» o «Comprendo tu punto de vista». Si no está
seguro de cómo se siente o de cuál es su postura, no tema pedir una
explicación.
Pase lo que pase, incluso
si la persona pierde los nervios o se emociona demasiado, conserve la
calma.
Si se da cuenta de que
usted se está poniendo tenso, concéntrese en relajar los músculos,
especialmente los de los hombros y las mandíbulas, que es donde más
rápidamente se acumula la tensión. Respire profunda y
rítmicamente, esto le ayudará a mantener el control.
Si va a negociar, tendrá
que hacerlo desde una posición de fuerza, así que asegúrese de
disponer de cualquier prueba que sea necesaria para respaldar su punto
de vista. No permita acusaciones u opiniones superfluas sobre el
tema que se está tratando duran te la conversación. Si la otra
persona se va por las ramas, hágala volver al tema con educación pero
con firmeza.
Es posible que llegue a un
punto en el que considere oportuno proponer un compromiso. Esto
nada tiene que ver con rendirse o ser pasivo. No vale la pena ser
testarudo si no hay una buena razón para ello, y probablemente
descubrirá que llegar a una solución satisfactoria para ambas partes
era más sencillo de lo que pensaba, sin que sienta que se ha visto
obligado a dar su brazo a torcer.
HACER FRENTE A LOS
DESPRECIOS
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