AQUELLOS A
QUIENES NO LES GUSTA EL CAMBIO
Hay
algunas personas que sienten un rechazo natural hacia los cambios, ya sean
los que conciernen a sus funciones, o los que se refieren a los métodos
generales empleados. Este tipo de personas frena el resto de todo un
proyecto.
¿Por
qué?
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Sus experiencias pasadas pueden hacer que sientan inseguridad hacia todo.
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Puede que tengan buenas razones para estar en contra de un cambio en un área
que ellos consideran válida (tanto si acaban demostrándolo como si no).
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Quizá sean pensadores lentos y les cueste asimilar las ideas que
consideran nuevas o diferentes.
¿Qué
se puede hacer?
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Preparar bien el terreno con antelación, Escribir una lista de los
cambios propuestos, citando las ventajas y las desventajas, y dársela en
cuanto tenga oportunidad de hacerlo.
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Intente pensar en las objeciones que puedan poner y responda a las
preguntas antes de que se las hagan.
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Reúna a todos los miembros de su equipo que sean así y revise la lista,
señalando los aspectos positivos y negativos de cada uno de los cambios.
De este modo, cuando vean que no está intentando engañar- les, se ganará
su confianza.
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Pida opiniones y escuche atentamente lo que tienen que decir.
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No les ponga en ridículo si le comunican sus te mores y dudas; tórneles
en serio, procure tranquilizarles y darles confianza.
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Si surgen objeciones, asegúrese de que éstas sean específicas y
detalladas, en lugar de ser indicativos generales de desacuerdo. Esto les
ayudará a pensar en lo que están diciendo y a reflexionar en su actitud
en general.
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Procure hallar un medio de superar las objeciones. Si no puede, cite todos
los beneficios posibles e intente ganar su apoyo de este modo.
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Recuerde que, aun cuando se hayan realizado los cambios, a este tipo de
persona le llevará algún tiempo aceptarlos plenamente, por lo que es
posible que tenga que estar al tanto de la situación durante un tiempo.
LOS
QUE RETRASAN LAS COSAS