AUTORRETRATO DE LA PERSONALIDAD
MANUAL DE LOS TEMPERAMENTOS:
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Las Personas que Crees Conocer

EL TRASTORNO AUTODERROTISTA
Los individuos que padecen este trastorno se hallan atrapados en un esquema repetitivo de placer no disfrutado y oportunidades perdidas. No encuentran la felicidad, por mucho que la busquen.
CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO
El DSM-III-R describe el trastorno autoderrotista de la personalidad como:
- Un patrón general de conducta derrotista que comienza a manifestarse a principios de la edad adulta y se presenta en una variedad de contextos. La persona a menudo evita o arruina las experiencias placenteras, en ocasiones termina arrastrada a situaciones que la hacen sufrir e impide que los demás la ayuden, tal como lo indicaría la presencia de por lo menos CINCO de los síntomas siguientes:
- El individuo elige situaciones y personas que lo llevan al fracaso, la desilusión o el maltrato, incluso cuando tiene la posibilidad de elegir algo mejor.
- Rechaza o convierte en inútiles los esfuerzos de otros por ayudarlo.
- Después de un acontecimiento positivo, como podría ser un nuevo logro personal, reacciona con depresión, culpa o con una conducta que produce sufrimiento (por ejemplo, un accidente).
- Provoca una reacción de enojo o rechazo en los demás y luego se siente ofendido, derrotado o humillado (por ejemplo, se burla de su cónyuge en público, provoca su réplica airada y luego se siente desolado).
- Rechaza las oportunidades de sentir placer o es reacio a reconocer que disfruta con algo (pese a que tiene las necesarias aptitudes sociales y la capacidad de gozar).
- No realiza tareas de vital importancia para su progreso personal a pesar de tener condiciones para ello. Por ejemplo: ayuda a sus compañeros de estudios a redactar monografías pero es incapaz de escribir la propia.
- No le interesan o rechaza a las personas que lo tratan bien; por ejemplo, no le atraen los compañeros sexuales que le demuestran cariño.
- Realiza sacrificios extremos que no le solicitan las personas a quienes van dirigidos tales sacrificios.
- Las conductas del apartado A no se producen como respuesta o anticipándose a situaciones en las que esta persona pueda recibir malos tratos físicos, sexuales o psicológicos.
- Las conductas del apartado A no se producen sólo cuando la persona está deprimida.
‘ARRUINADOS POR EL ÉXITO’
Los individuos que padecen este trastorno (uno de los dos trastornos ‘no oficiales’ del DSM-III-R, que se tratan con más detalle al final), no toleran el éxito ni el placer. Por consiguiente, y a través de sus propias acciones, sabotean toda esperanza de gratificación.
En 1916, Freud utilizó la frase ‘arruinados por el éxito’ para describir a estas personas.
Sus conductas típicas –como podría ser aceptar un empleo sin alicientes y mal pagado cuando se es capaz de mucho más, rechazar a las personas que lo quieren bien, mantener una relación personal o vocacional en las que continuamente se lo maltrata –aparentemente son evitables.
Sin embargo, el individuo no se da cuenta de que su conducta es autodestructiva.
Estas personas no se permiten el triunfo.
Si quiere la casualidad que se los alabe y elogie, tal vez se sientan de pronto inexplicablemente deprimidos, resbalen en la escalera y se rompan un tobillo o bien encuentren un motivo para abandonar el trabajo o la relación.
ESTILOS ‘MÁRTIRES DEL AMOR’
Estas personas no toleran el placer. Por ejemplo, no se van de vacaciones, y si se van, no las encuentran divertidas: ‘¿Lo pasaste bien en Hawai?’ ‘No, no mucho’.
En la relación sentimental, esquivan el placer. No pueden sentir amor por las personas que los aman.
Es más: se aburren, pierden el interés y abandonan la relación. A menudo, sólo se sienten atraídos por quienes los maltratan. Quizá provoquen malos tratos inconscientemente, por el hecho de mostrarse tan impotentes e inseguros.
En lo profundo de su ser, necesitan que el afecto les haga daño, aunque quizá no comprendan conscientemente por qué siempre sufren tanto.
En muchos casos las relaciones de pareja suelen ser humillantes para ellos. Algunos autoderrotistas se aferran obsesivamente a las personas que los dejan de lado.
Quienes los dominan, los usan o los rechazan, a menudo son los únicos que los excitan. ‘Ya sé que no es buena conmigo, pero, ¿qué puedo hacer? ¡La adoro!’
LA PREDISPOSICIÓN Y LOS RIESGOS
Los niños que han sido objeto de abusos de orden físico, sexual o psicológico tienen predisposición a contraer el trastorno autoderrotista, como la tienen también los que se criaron en un hogar donde uno de los padres o tutores era objeto de abusos.
Es común que alguno de los familiares inmediatos padezca el mismo trastorno.
Los autoderrotistas suelen sufrir además otros trastornos de la personalidad, especialmente el fronterizo, el trastorno por dependencia, el pasivo-agresivo, el obsesivo-compulsivo o el trastorno evasivo.
La depresión es un riesgo constante que a veces produce deseos de suicidio.
LA INCIDENCIA, LA PROPORCIÓN SEGÚN LOS
SEXOS Y UNA POLÉMICA
Según algunos estudios, las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir este trastorno en una proporción de 3 a 2, o de 2 a 1, aunque la impresión generalizada entre muchos profe-sionales es que hombres y mujeres lo padecen por igual.
En cualquier caso, el trastorno autoderrotista es, según las palabras del DSM-III-R, ‘uno de los trastornos de la personalidad más comunes en la práctica clínica’.
Así y todo, no se lo ha incluido ‘oficialmente’ entre los diagnósticos, sino que fue relegado a un anexo de la edición revisada debido a que las organizaciones feministas plantearon graves objeciones a su inclusión.
La preocupación principal era que este trastorno, antiguamente conocido como trastorno masoquista de la personalidad, o simplemente masoquismo, pudiera utilizarse para estigmatizar a mujeres atrapadas por las circunstancias en relaciones abusivas.
Si a esas mujeres erróneamente se les diagnosticara un trastorno de la personalidad o se las considerara ‘mentalmente enfermas’, la sociedad terminaría culpándolas del mal que padecen, como si ellas mismas se hubieran causado todos los problemas.
Los diagnósticos psiquiátricos también tienen una enorme importancia en los procesos jurídicos. A las feministas les preocupa, por ejemplo, que un diagnóstico de trastorno autoderrotista pueda usarse para quitarle el hijo a una madre.
Así, la comisión de la American Psychiatric Association alcanzó un acuerdo de compromiso (que no satisfizo a ninguna de las partes), por el cual aceptó poner este trastorno provisionalmente como un apéndice de la edición revisada.
Si bien la mayoría de los profesionales coinciden en que se trata de un trastorno importante de diagnosticar y de tratar, los profesionales de la salud mental deben aplicarlo con sumo cuidado.
CÓMO TRATAR A LAS PERSONAS AUTODERROTISTAS
Los consejos que dieron para tratar a los sacrificados pueden resultar útiles para los autoderrotistas moderados. Asegure a estos individuos que los quiere y trate de alentarlos para que busquen ayuda terapéutica.
No se sienta culpable de sus sufrimientos, y trate de no aprovecharse de ellos tampoco.
Es muy probable que, si su cónyuge es autoderrotista, la relación entre ambos sea conflictiva y ambos precisen que se los ayude.
Busquen asesoramiento juntos o como familia.
El Trastorno Narcisista