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PARA
AUMENTAR EL
COCIENTE EMOCIONAL
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CHANTAJE
EMOCIONAL
SIEMPRE
SE NECESITAN DOS PARA ELCHANTAJE
Exploraremos la psiquis de un chantajista. No todos tienen el mismo estilo
o los mismos rasgos caracterológicos: algunos son pasivos; otros,
bastante agresivos; algunos son directos y otros sumamente sutiles;
algunos nos dicen con mucha claridad cuáles serán las consecuencias si
los contrariamos, y otros, por fin, enfatizan cuánto los estamos haciendo
sufrir.
Pero más allá de cuán diferentes puedan aparecer a primera vista, todos
ellos tienen grandes rasgos en común, características que alimentan su
conducta manipuladora. Veremos cómo estos chantajistas utilizan el
miedo, la obligación y la culpa, además de otras armas, y
comprenderemos qué los impulsa a actuar de la manera en que lo hacen.
El miedo - el miedo a las pérdidas, el temor al cambio y al rechazo, el
miedo a la pérdida del poder- es el terreno común en que se mueven todas
as personas que se convierten en chantajistas. En algunos casos, esos
miedos radican en una larga historia de sentimientos de angustia e
ineptitud. En otros, podrán ser la respuesta a incertidumbres y estrés más
recientes, que han socavado su autoestima y sus sentimientos de
competencia y seguridad. El potencial para convertirse en chantajista
aumenta en forma súbita a medida que los miedos se acumulan en la vida de
esa persona. Verán con cuanta facilidad ciertos hechos desencadenantes,
como el rechazo sentimental por parte de otra persona, la pérdida de un
trabajo, un divorcio, el retiro de la vida laboral o una enfermedad pueden
convertir en chantajista a alguien de nuestro entorno inmediato.
El precio que pagamos cuando cedemos reiteradamente al chantaje emocional
es enorme. Los comentarios y actitudes del chantajista nos hacen sentir
desequilibrados, avergonzados y culpables. Sabemos que tenemos que
modificar la situación y, reiteradamente, nos prometemos que lo haremos,
sólo para encontrarnos, una y otra vez, burlados y manipulados, como que
hemos caído de nuevo en una emboscada.
Comenzamos a dudar de nuestra
capacidad de mantener las promesas que nos hacemos y perdemos la confianza
en nuestra eficiencia. Nuestra autoestima se va erosionando. Y lo peor de
todo es , quizás, que cada vez que nos rendimos al chantaje emocional,
perdemos contacto con nuestra propia integridad, esa brújula interior que
nos ayuda a determinar cuáles deberían ser nuestros valores y nuestra
conducta. A pesar de que el chantaje emocional no es un abuso psicofísico
violento, no hay que caer en la tentación de suponer que el precio que se
paga no es muy elevado. Cuando convivimos con él, el chantaje emocional
nos carcome y se expande hasta dañar en lo más hondo nuestras relaciones
más importantes y nuestra propia autoestima.
Sin nuestro consentimiento, el chantajista se vuelve totalmente
impotente.
Para que el comportamiento de alguien pueda ser calificado de
"chantaje emocional" , deberá tener ciertos componentes.
Podemos hacer ese diagnóstico de la misma manera que un médico
determinaría que una persona tiene algún malestar físico: analizando
los límites.
LOS SEIS SÍNTOMAS DEL CHANTAJE EMOCIONAL
1. EXIGENCIA: Jim quiere algo
de Elena. Sugiere que, dado que la relación entre ambos es tan estrecha y
que comparten gran parte del día, lo más lógico sería irse a vivir
juntos. "Prácticamente ya estoy viviendo en tu casa- le dice Jim a
Elena-. Lo único que nos falta es oficializar esta situación".
Agrega que, dado que el departamento de Elena es muy amplio y que, de
todos modos, la mitad de sus pertenencias ya están allí, la transición
sería muy simple.
Hay ocasiones en que los chantajistas no expresan con tanta claridad o que
quieren, sino que tratan de que el otro lo adivine. Jim, por ejemplo, habría
podido plantear su deseo en forma indirecta: mostrarse resentido en ocasión
del casamiento de un amigo y decir, después de haberle preguntado a
Elena, con insistencia, qué le pasaba: "Quisiera poder compartir más
tiempo contigo; a veces me siento tan sólo...", para agregar,
finalmente, que le gustaría irse a vivir con ella.
A primera vista, la sugerencia de Jim parece nacida de un profundo amor y
no tiene las connotaciones de una demanda. Pero pronto resulta evidente
que está decidido a obtener lo que quiere y que no piensa discutir el
tema o cambiar de idea.
2. RESISTENCIA: A Elena, la
idea de que Jim se mude a su casa la molesta, y expresa ese sentimiento
diciéndole que no está preparada para ese cambio fundamental en la
relación. Lo quiere mucho, pero, por ahora, quisiera que él tuviese su
propia vivienda.
Si Elena fuera una persona menos franca y directa, su oposición podría
llegar a expresarse de otra manera. Quizás se distanciara de Jim, mostrándose
menos afectuosa, o diciéndole que ha decidido pintar su departamento y
que él tendrá que llevarse sus cosas hasta que haya terminado con los
trabajos. Por el contrario, expresa su resistencia sin ambigüedades y el
mensaje queda clara. La respuesta es "no".
3. PRESIÓN: Cuando Jim se da
cuenta de que Elena no reacciona como él quiere, no hace el menor
esfuerzo por entender los sentimientos de ella sino que, por el contrario,
la presiona para que cambie de idea. Aal principio actúa como si
estuviera dispuesto a discutir el tema, pero esa discusión se convierte
en un monólogo que tiene el tono de un sermón. Transforma la afirmación
de Elena en una exposición de fallas de ella y plantea sus propios deseos
y exigencias como algo sumamente positivo. "Solo quiero lo mejor para
los dos. Quiero darte más cosas. Cuando dos personas se aman, deberían
desear compartir su vida cotidiana. ¿O es que no quieres compartir tu
vida conmigo? Si no fueras tan egocéntrica, podrías abrirte más a las
cosas buenas de la vida".
De inmediato pasa a una actitud más seductora y pregunta: "¡Es que
ya no me amas lo suficiente como para tenerme siempre a tu lado?. Otro
chantajista podría incrementar la presión insistiendo con vehemencia en
que, al vivir juntos, el vínculo entre ambos se estrechará y la relación
mejorará aún. Sea cual fuere el estilo utilizado, la presión termina
por aparecer, por más que se la disfrace con expresiones benévolas tales
como, por ejemplo, las de Jim al manifestar cuánto le duele la renuencia
de Elena.
4. AMENAZAS: Al ver que sus
deseos chocan contra una pared, Jim hace saber a Elena que, si ella no
cede a su pedido, sufrirá las consecuencias de su negativa. El
chantajista puede amenazar con causar dolor o desdicha. Podrá decirnos cuánto
lo estamos haciendo sufrir. Podrá tratar de conquistarnos con promesas
relativas a todo lo que nos dará o cuánto nos amará si hacemos lo que
nos pide. Jim presiona a Elena con amenazas veladas: "Si no eres
capaz de asumir este tipo de compromiso, después de todo lo que
compartimos y significamos el uno para el otro, quizás sea mejor que
empecemos a tratar de conocer a ora gente". No amenaza directamente
con romper la relación, pero a Elena le resulta imposible ignorar lo que
sus palabras implican.
5.OBEDIENCIA: Elena no quiere
perder a Jim y se dice a sí misma que tal vez sea un error de su parte
decirle que no quiere que vaya a vivir con ella, a pesar de que la idea de
una convivencia le sigue resultando incómoda. Ha analizado sus reparos de
disuadirla. Algunos meses más tarde, Elena depone su resistencia y Jim se
muda a su casa.
6. REITERACIÓN: Al triunfo de
Jim sigue un período de paz y serenidad. Ahora que ha conseguido lo que
quería, aflija la presión y la relación parece estabilizarse. Elena
sigue incómoda con la situación generada, pero también siente una gran
alivio al haberse librado de la presión y recuperado el amor y la
aprobación de Jim. Éste, por su parte, ha comprobado que presionar a
Elena y hacer que ella se sienta culpable es una receta infalible para
obtener lo que se le ocurra. Y Elena se ha dado cuenta de que la forma más
rápida de cortar con la tácticas de presión de Jim es ceder a sus
deseos. De esta manera, ha quedado establecida la base para un esquema
reiterativo de exigencias, presiones y capitulaciones.
Estas seis características constituyen el núcleo del síndrome del
chantaje emocional.
UNA MALA PALABRA QUE EMPIEZA
CON
"M": MIEDO
El chantajista emocional construye su estrategia consciente e
inconscientemente en base a la información que nosotros le suministramos
acerca de lo que nos causa miedo. Observan de qué cosas huimos y qué
cosas nos ponen nerviosos, se fijan en cómo reaccionamos físicamente en
respuesta a las cosas que sentimos. No es que tomen nota activamente y
registren la información para utilizarla luego en contra de nosotros;
todos absorbemos ese tipo de conocimientos sobre las personas que nos
rodean. En el chantaje emocional. El miedo transforma también al
chantajista . De una manera simple, podemos decir que el miedo que siente
el chantajista emocional de no obtener lo que desea se vuelve tan intenso,
que lo único que atina a hacer es centrar su atención en el resultado
deseado, lo cual le imposibilita apartar su mirada del objetivo y percibir
de qué manera su forma de actuar nos afecta a nosotros.
En esta instancia, toda la información que han recogido sobre nosotros en
el transcurso de la relación se convierte en su herramienta para cerrar
un trato alimentado por el miedo de las dos partes involucradas, La
condiciones que nos ponen están hechas a medida para nosotros: si haces
lo que te pido, yo no:...
· Te abandonaré.
· Te censuraré.
· Dejaré de amarte.
· Te gritaré.
· Te haré sufrir.
· Me opondré a tu voluntad.
· Te despediré.
LO ÚNICO QUE LES IMPORTA
SON ELLOS MISMOS
Todos los chantajistas que hemos visto focalizan su atención casi por
completo en sus propias necesidades y la forma en que sus presiones nos
afectan a nosotros no les importan en lo más mínimo.
LAS CARACTERÍSTICAS QUE NOS HACEN VULNERABLES
AL CHANTAJE EMOCIONAL
· Una excesiva necesidad de aprobación.
· Un profundo miedo al enojo y la ira de quines nos rodean.
· Una gran necesidad de paz, sea cual fuere su precio.
· Una tendencia a asumir demasiada responsabilidad por la vida de los demás.
· Un alto nivel de inseguridad con respecto a nuestro valor y capacidad
¿QUIÉN ENTRENA AL CHANTAJISTA EMOCIONAL?
Cuando usted es presionado por un chantajista:
· Se disculpa
· "razona"
· discute
· llora
· suplica
· cambia o cancela planes
y citas importantes
· cede, en la esperanza de que sea la última
vez
· se rinde
A usted le resulta difícil o imposible
· defender su posición o sus propias
necesidades
· enfrentar lo que le está sucediendo
· poner límites
· hacerle saber al chantajista que su conducta
es inaceptable
Si contestó afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, usted está
actuando como entrenador y es protagonista en el drama del chantaje
emocional.
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